Nos lo pasamos genial rodando en Mauricio. Es una isla increíble con mercados vibrantes y playas preciosas. Consulta nuestro segundo Diario de Mauricio para descubrir los lugares imprescindibles...
Tras una mañana explorando, nos dirigimos a Escale Créole, un restaurante local muy recomendado. Este restaurante es un lugar popular para quienes buscan disfrutar de la auténtica cocina criolla de Mauricio. Ubicado en una casa tradicional mauriciana y rodeado de jardines tropicales, crea un ambiente acogedor. El menú ofrece una deliciosa variedad de platos criollos caseros, todos preparados con ingredientes frescos de la zona. Empezamos con un curry de pulpo, seguido de un daube de pollo y un sabroso vindaye de pescado. Lo que realmente distingue a Escale Créole es la experiencia cultural que ofrece. El amable personal no solo sirve comida deliciosa, sino que también comparte historias sobre la cocina y las tradiciones de Mauricio, lo que enriquece la experiencia gastronómica.
Tras un maravilloso día de playa, esperábamos con ilusión cenar en Le Chamarel, uno de los momentos más memorables de nuestro viaje. Encaramado en una ladera en la región de Chamarel, este pintoresco lugar ofrece impresionantes vistas de la costa suroeste. El trayecto hasta Le Chamarel es una delicia, serpenteando entre exuberantes paisajes que conducen a la impresionante terraza exterior del restaurante. El menú de Le Chamarel combina platos mauricianos y europeos, todos elaborados con ingredientes frescos de origen local. Una de las ventajas únicas de cenar en Le Chamarel es su proximidad a la famosa Tierra de 7 Colores de Chamarel. Esta maravilla natural, con sus vibrantes dunas de arena multicolores, está a un corto trayecto.
